Val d'Isère. Enero de 2001 |
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Reservamos con Touralp dos apartamentos Jardin Alpin para 4/6 en Val d'Isère, con forfait Space Killy para la semana del 6 al 13 de enero de 2001 con vuelo charter a Ginebra en la compañía Spanair y transfer en autocar incluido.
Mi autoregalo de Reyes es el viaje. Salgo temprano para el aeropuerto, recogiendo a Carlos de camino. Allí me encuentro a Carmen; casi lo esperaba. Facturamos y tomamos algo hasta que sale el vuelo, relativamente puntual.
La recogida de equipajes en Ginebra es caótica: empiezan a sacar el equipaje por una cinta y, de repente, continúan con el resto por otra. No contentos con eso, dejan una buena parte sin sacar, dejan de anunciar en las cintas nuestro vuelo y, después de volvernos locos buscando de cinta en cinta y ya nos hemos cansado de buscar, continúan sacando el equipaje por una cinta sin anunciar el vuelo. Tras 30 minutos de cola para conseguir un carrito y una espera interminable para conseguir los esquís en equipajes especiales, nos encaminamos a la estación de autobuses, donde los cambios de emplazamiento de los autocares han causado un atasco de gente monumental. Nos damos la vuelta y subimos al piso de arriba por la escalera mecánica con carro y todo, tras ver a otro pasajero hacerlo con éxito tras unos momentos de duda. Al fin embarcamos y tras 4 horas de viaje por autopista (¡al fin!), llegamos a nuestro destino, tras dejar a un grupo en los apartamentos de P&V de la Daille, no sin antes haber parado a tomar algo en un lugar absurdo, no preparado en absoluto para el volumen de gente que lo atestaba, aunque por los precios que cobraban, pronto podrán disponer de más espacio y medios.
Esquiamos durante el día sin clases. Al final me quedo solo e intento regresar al apartamento esquiando. Llego a un punto donde se acaba la pista en alto, y me quedo dudando. En esto llegan tres esquiando y se quedan dos detrás de otro, más experto, que observa la caída. -¿Qué tal lo ves?, le preguntan. -Bien, responde, y se tira por una pared de más de un metro, casi vertical. Los demás le siguieron -la chica chillando. Yo fui detrás.
Fuimos a comprar para el desayuno del día siguiente al supermercado, bastante cutre y de la cadena Sherpa, aunque encubierto con otro nombre, que está en la calle principal. Tras la compra, vemos que son las 20:10 y que hemos perdido el autobús por 10 minutos, que el próximo pasa a las 9.
Nos echan de la estación de autobuses a las 20:30, donde estábamos resguardados del frío y, como vamos cargados, decidimos ir a tomar algo, y encontramos un bar con mesas de billar enfrente de la parada. Tomamos unas medias pintas (demie) y casi perdemos de nuevo el autobús.
Volvemos al rond point des pistes y allí ya no nos espera la navette, ya que la última sube a las 19:55h. Nos ponemos a andar hacia arriba con las bolsas hasta que nos encontramos a los demás que bajaban a buscarnos. Dejamos las cosas en el apartamento y nos vamos a cenar, encontrando un italiano junto a la tienda de alquiler que está bastante bien. Tomamos pizza (en mi caso de jamón de pato), o pasta. Quizá la mejor elección es la calzone con mozarella y espinacas de JP. Pierdo la bufanda que me acaba de regalar María José, seguramente me la dejo en el restaurante, al que no volveríamos y, cuando intento recuperarla el último día, me lo encuentro cerrado.
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