Día 9, el tercer día de buceo.

Punta María

El día 9 vamos en la 1ª inmersión a Punta María. Habían anclado una boya a 25 m. y había que bajar por el cabo. Vamos por primera vez en la dinghy, y nos turnaríamos con la panga cada dos días, como también hicimos con los divemaster (primer día Stephen, los dos siguientes Beto, y así sucesivamente). Me tiro al agua y empiezo a bajar por el cabo. Al llegar a 5m. tengo problemas para compensar, pero finalmente lo consigo. Al llegar a 12 tengo nuevamente problemas. Vuelvo hasta los 9. Intento de todo, incluso quitarme las gafas para limpiarme la nariz, pero ni masajes en la sien, ni tragar saliva, ni la maniobra de valsalva funcionan. Decido subirme, mientras Javier y Paz continúan la inmersión, que resulta ser bastante tranquila. Ven algunos martillos, un tiburón grande sin identificar e incluso algunos ven una manta, además de tortugas, puntas blanca, túnidos,...

Un banco de martillos
Foto: Javier Romero Abreu (extraída de vídeo)

Roca Sucia

La segunda inmersión es en Roca Sucia (Dirty Rock), bajando hasta 30m. Tengo bastantes problemas para compensar y bajo muy lentamente. Me pierdo por ese motivo los martillos. Aún así, vemos bancos de jureles y palometas, tortugas, rayas en grupo, etc. Anoto en el libro de inmersiones: "los puntas blanca ya no los anotaré más", dada la cantidad de ellos que se ven en todas las inmersiones.

Dirty Rock es un peñasco que que sobresale de la superficie y tiene otro más bajo a su lado que no lo hace. La inmersión fue del emergente al sumergido y de vuelta al primero.

Excursión a la cascada.

Entre inmersión e inmersión, organizan una excursión a tierra, la única que haría en la semana. Se animan sobre todo los rusos, y algunos españoles. El desembarco ya es una aventura, pues la zona tiene bastantes rocas y las olas, a pesar de su aspecto inofensivo, te zarandean con fuerza. Saltamos de la zodiac a unos metros de la orilla y vamos nadando, intentando aprovechar el escaso tiempo entre ola y ola para salir. Cuando al fin lo conseguimos todos, empezamos el corto trayecto hasta la cascada, en el que hay que atravesar varias veces el río, con cuidado de no resbalarse en las traicioneras piedras pulidas por el agua, ir por una senda que asciende hasta unos diez metros de altura y está flanqueada por vegetación espesa, helechos, arbustos y algunos árboles.

Por fin llegamos a la poza, de agua dulce, donde descubrimos unos camaroncitos que, si les dejas, te limpian las uñas; además de peces como gobios de varios tipos, entre ellos una especie de pez ventosa que puede incluso trepar pared arriba adherido a la pared.

Catarata
Una de tantas cataratas de la isla. Esta es la que visitamos entre inmersión e inmersión.

La cascada era espectacular, convirtiéndose en una ducha fría que caía de unos cuarenta metros más alto. Bajo la cascada, una pequeña hendidura donde caben escasamente dos personas. Tras pasar un rato bañándonos en la poza, protegidos del frío por los neoprenos, reemprendemos el regreso.

La vuelta a la zodiac es tanto o más complicada que la bajada, y no puedo evitar algún revolcón por una ola. Valery organiza el regreso del rusky team, dando voces desde la orilla. Hacemos algunas fotos con cámara submarina, aunque no nos acordamos de limpiar el objetivo y habrá que ver si sale alguna decente.

Isla  Vikingo

Unas tres horas más tarde de la anterior inmersión, intento hacer la tercera del día, en Isla Vikingo, con buenas condiciones de tiempo. Empiezo a bajar pero me quedo atascado en 8 metros sin poder compensar. Lo pruebo todo, incluso quitarme las gafas para limpiarme, pero no hay manera. Desde los ocho metros veo tiburones, rainbow runners, un cangrejo blanco enano, etc. Me subo y uso por primera vez la salchicha, que llevaba en todas las inmersiones desde el incidente del día anterior en Roca Solitaria .

Me recoge Beto y me lleva al barco, donde se sube D. José, que se había quedado "olvidado" en el camarote, ya que las campanas que utilizaban para avisar de la inmersión no eran audibles desde allí.

Por la noche, me empiezo a medicar con:

Lógicamente, ese día ni hablar de la nocturna.
Siguiente pág. 5/10 Siguiente