Al día siguiente tenemos contratado una visita al Gran Cañón del Colorado, con vuelo panorámico incluido. Nos recoge una lanzadera y nos lleva a un segundo aeropuerto de la ciudad. Allí esperamos un rato y coincidimos con un grupo de catalanes que estaba haciendo casi nuestra ruta pero en sentido contrario. Venían de San Francisco, donde estaba haciendo mucho frío, según nos contaron. Habían tenido que proveerse de ropa de abrigo que vendían en los muelles y acabaron todos vestidos igual.
El vuelo es finalmente en un pequeño avión de unas 40 plazas con alocuciones en varios idiomas que van explicando la historia de la zona, cómo se formó el Cañón, los antiguos pobladores, etc.
Es de destacar cómo se originó el Cañón. En contra de lo que cabría pensar, no se ha originado por la erosión del río a lo largo de los siglos, sino porque se han elevado sus márgenes por movimientos tectónicos.En la pista de aterrizaje, nos esperaba un autocar con un conductor tejano muy divertido, que nos contó que el Parque era el segundo más visitado de los EEUU, después de las Smokey Mountains. También resaltó que era una de las siete maravillas naturales del Mundo, y que poca gente conocía las siete. Creo recordar que una era Aigüestortes, en el Pirineo catalán. Otras eran la Gran barrera de coral australiana, o las cataratas Victoria.
Nos contó también que el McDonalds del Parque era el segundo más caro de los EEUU y que el restaurante donde comimos tenía la curiosidad de que no tenía agua corriente ni en los lavabos.
El Parque es espectacular y el Cañón tiene un tamaño del que no te haces idea exacta con las imágenes.
Recorrimos uno de los márgenes en el autocar, parando en varios puntos para hacer fotos y asomarnos al abismo.
Pudimos ver alguna excursión en mula o caballo regresando del fondo, en una excursión de varias horas. Andando es casi el día completo. Hay gente que hace recorridos en bote por el río, de hasta casi 10 días.
Tanto en el aoropuerto como en algunos puntos del Parque, hay establecimientos donde se pueden adquirir productos elaborados por los indígenas y otros hecho en Taiwan.
Visitando el Parque vimos grandes cuervos, ciervos y ardillas. Los cóndores no los vimos, pero los hay.
Al borde del abismo
Después de casi perdernos y regresar a la carrera (para llegar
los primeros), volvimos al aeropuerto y regresamos a Las Vegas. El vuelo
de vuelta es más directo y a más altura, con lo que sufren
menos los estómagos y, los ojos, aunque disfrutan menos que a la ida,
pueden recrearse aún en la belleza de los paisajes.
El New York New York de noche
Después de un baño en la piscina del hotel, de nuevo pateamos las calles, esta vez hasta la exageración. Llegamos a los primeros hoteles del strip, incluido el Circus Circus.
En la ciudad, la noche ha transformado las calles. Las luces convierten el espectáculo en grandioso show. Los anuncios, los espectáculos de luces y música, hacen de reclamo a la vez que de escaparate de esta ciudad del ocio.
La ciudad está despierta las 24 horas y la noche no es en absoluto
la fase más tranquila del día.
Cenamos en un restaurante italiano donde nos dejamos aconsejar y resulta una comida excelente, aunque caro.
Andamos tanto que nos tenemos que parar de cansancio. A mí me dolían
las plantas de los pies.
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