De Kirkjubejarklaustur a Reykjavik, domingo 2 de septiembre.

Después de desayunar en el restaurante del hotel, partimos hacia Reykjavik, atravesando de nuevo las dunas, la zona de Vik y Dyrhólaey, las cercanías del Mýrdalsjökull, Hvolsvollur, Hella y Selfoss

Vamos a Stokkseyri, buscando un sitio donde tomar langosta, tal como recomendaba la guía. Después de muchas vueltas, parece que sólo hay uno.

Comemos en el restaurante Vid fjörubordid (Eyrarbraut 3a, 825 Stokkseyri, tfno. 483 1550, GSM 898 91 97, Fax 483 15 45, e-mail: info@fjorubordid.is, http://www.fjorubordid.is).

Tomamos sopa de langosta, muy rica, y langosta de segundo, también bastante buena, y no demasiado cara, comparada con los precios de los restaurantes allí en Islandia.

Playa en Stokkseyri

Después de la copiosa comida, damos un paseo por la playa y los muelles abandonados que hay junto a la zona del restaurante. La playa está ocupada por rocas volcánicas y los muelles por infinidad de aves, semejantes a cormoranes, aunque a gran distancia, y numerosas gaviotas. En una playa, vemos un cadáver de frailecillo. A la zona llega bastante gente para observar las aves.

Casas islandesas

Después salimos de nuevo hacia Reykjavik, pasando por Eyrarbakki, donde paramos de nuevo a observar las aves.

En Reykjavik paseamos por la ciudad y recorremos el puerto, donde vemos alguno de los barcos de whale watching, una de las actividades que no hemos podido disfrutar.

Drakkar

Una agencia para contratar actividades podría haber sido:


Por la tarde, merendamos y cenamos comida rápida: un hot dog en la gasolinera, ya que había oído que aquí en Islandia eran especiales, aunque no el que tomé, y un bocadillo en un restaurante en medio de una de las plazas más céntricas.

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