Salomé
Salomé

3 de Noviembre

La primera inmersión es con sorpresa. El instructor insiste en hacer una inmersión de check-out, pero no simplemente para calibrar pesos, sino con pruebas prácticas incluidas, como vaciado de máscara, flotabilidad y recuperación de la segunda etapa. A la gente no le sienta nada bien.

La inmersión la hacemos en el Templo. El agua está a 26º y al final estamos casi una hora porque la zona no está exenta de atractivos a pesar de estar muy machacada por tanto público. Abundan los picassos, ídolos moro, mariposas, loros y vemos un gran mero con anzuelos clavados. Lo que yo sí noto es un aire con un sabor muy desagradable. Al salir y comentarlo, parece que los demás no lo han notado. Me quejé al instructor pero no insistí mucho porque lo creí un problema puntual.

La segunda inmersión la realizamos en Ras Umm Sid, aprovechando una leve corriente hacia el norte. Ya bajamos a más de 27 metros y empiezo a tirar fotos. Hay napoleones (aunque ninguno se me pone a tiro de la cámara), payasos y peces león, aparte de los consabidos loros y mariposas. También hay bonitas gorgonias. En esta inmersión el aire está igual que en la anterior, y en ocasiones siento arcadas, que logro contener. Al salir, lo ha notado mucha más gente y, ante nuestras quejas, nos prometen cambiar los filtros del compresor.

Por la noche hacemos una nocturna en Stingray Station, dando la vuelta completa al arrecife. Aquí, aparte de lo habitual, abundan los crinoideos. También vemos algunos piedra-escorpión. La profundidad máxima es de 16 o 17 metros y las condiciones son ideales. Lástima que vaya con un flash sin luz guía que hace muy complicado fotografiar en las nocturnas. Tampoco es muy potente, y las fotos de ambiente se resienten. Parece que el problema del aire se ha resuelto con el cambio de filtros.


Anterior pág. 2 Siguiente