Baqueira.  Enero 2001


A Simón:
Recupérate pronto.

Reserva

Reservamos con Ignacio un fin de semana de esquí en Baqueira, con viaje en autocar y estancia en un apartamento del hotel Vilagarós, en Garós (Valle de Arán).

Viernes 26 de enero

El autocar salía de Sainz de Baranda a las 17h, así que salgo prontísimo del trabajo y voy a casa, donde me cambio rápidamente, arramblo con las maletas y tablas, pido un taxi y resulta que tardan más de 15 minutos. Finalmente llega y, con las prisas, se me ha olvidado pedirlo con baca. Metemos los esquís dentro y nos encontramos con obras en Manuel Becerra y un atasco impresionante. Llego un poco tarde pero no soy el último. Salimos finalmente con media hora de retraso y, durante el camino, vemos varias películas, hasta tres, como Un papá genial, El Milagro de Petinto.

Paramos a tomar algo en un cutresitio y, debido al mal tiempo, llegamos al hotel a eso de las 2 de la mañana.

Nos reparte los forfaits Ignacio, llegamos al apartamento de 8, con ocupación de 7 debido a una baja de última hora, nos sorteamos las habitaciones, a dedos y par-impar, esta vez sin ninguna habitación de matrimonio, lo que le restaba emoción, y nos vamos a la cama. A la mañana siguiente había que madrugar.

Sábado 27 de enero

Nos levantamos tempranito y vamos a desayunar. El desayuno es excelente en el hotel y, estómagos saciados, embarcamos rumbo a Beret, donde permanecería el autocar. El tiempo es excelente, pero amenazan con una nevada para el fin de semana e Ignacio le pidió a la gente que alquilase por un día, no fuese que al día siguiente no pudiéramos volver a Beret.

Esquiamos en un día fantástico por Beret, sobre todo por Dossau, tan magnífica como de costumbre, por la parte nueva, con la nieve en no demasiado buena condición y algo en Baqueira, con algo de falta de nieve, como en Beret. Lo espléndido del día, sin embargo, lo compensa todo.

Empezamos Carlos, Javier, Jorge, Simón, Antonio, Clara, su hermana Mª José, Blanca, José María y yo, a ratos Ignacio, aunque vamos perdiendo efectivos, primero Clara y Mª José, y Javier que se queda con ellas.

Comemos en el bar al pié del remonte de Dossau un bocadillo especial en mi caso.

Seguimos el goteo y acabamos Carlos y yo bajando sólos Dosau por última vez, aunque finalmente encontramos a Antonio y José María y volvemos al hotel con buen sabor de boca. Llegamos al autocar esquiando, incluso dentro del aparcamiento, gracias a la estupenda idea de Antonio. Yo aprovecho cualquier oportunidad para terminar el Abisinio, al que Carlos le tenía echado el ojo y que, por cierto, le tengo que llevar un día de estos...

Tras el Martini rojo, o cerveza para el resto, ya tradicional, cenamos una sopa aranesa, de la que repito, y un cerdo que ya como por gula, que no por bueno, más postre, de manera que, para evitar el empacho, me uno a la tradicional visita al cementerio local, esta vez sin explicaciones astronómicas por parte de Ignacio.

Domingo 28 de enero

Por la noche cae la gran nevada, tanto que, cuando queremos embarcar, nos encontramos con que el autocar no puede salir sin poner las cadenas, y tarda un mundo en hacerlo. Pasamos el rato entre bolazos de nieve y comentarios jocosos, como "¡Qué cursis están los árboles!" Finalmente, lo hace y subimos con ellas hasta el aparcamiento de Baqueira. Trenecito y silla, hasta arriba. Unos cuantos no se animan con el día, y otros se quedan en el aparcamiento. 

Los que alquilaron por más de un día tienen un problema, así como los que dejaron el carnet. Salimos Jorge, Javier, José María, Carlos, Chelis y yo y empezamos esquiando por Baqueira y acabamos por la zona que no conocíamos en La Bonaigua.

El tiempo está cubierto, nieva a ratos, la visibilidad no es demasiado buena, pero la nieve está en polvo, gloriosa y el fuera de pista es espectacular (para quien lo domine).

Habíamos quedado volver a las 15h, así que paramos a comer de lujo en el Rte. del 1800, en mi caso olla aranesa (cómo no), libritos de ciervo y naranja confitada, deliciosa, y volvemos al aparcamiento: esta vez me dejan sólo en la bajada y se bajan todos en la silla.

De vuelta, pasamos por el hotel a recoger a acompañantes, embarazadas, desanimados y pesimistas.

Vemos tres películas, entre ellas El secreto de Thomas Crown y la última de James Bond (sesión intensiva de Pierce Brosnan). Llegamos a las 23:15h, descargamos y finalmente conseguimos un taxi, del que me acabo de acordar que debo parte a Carlos. ¿Qué se debe?
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